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Guerreras por necesidad; Las rastreadoras de Sonora

Son madres de familia, hermanas, tías, abuelas, todas mujeres con un mismo objetivo: encontrar a un ser querido desaparecido; todas movidas por un mismo sentimiento: la esperanza

Por Gerardo Moreno

La necesidad y angustia las llevó a sacrificar tiempo, familia e hijos, para aprender técnicas forenses e invertir horas en buscar fosas clandestinas tratando de encontrar a un ser querido. Son las “Guerreras Buscadoras de Sonora”.

El inicio de este colectivo no puede ser otro que la tragedia. En agosto del 2015 levantaron al hermano de María Teresa Valadez Kinijara en Guaymas. Su madre comenzó a salir a buscarlo sin descanso por días, semanas, meses, sin resultado.

María Teresa Valadez, encabeza el colectivo de las “Guerreras Buscadoras de Sonora”.

“Mi mamá se dio a la tarea de ir a buscarlo al monte, a la orilla de la playa, a los cerros. Entonces, ver el dolor de mi madre nos hizo a nosotros empezar la lucha sobre la búsqueda, ella se iba a buscar entre montes y cerros, y yo me iba a la cuestión legal, a investigar de dónde, cómo, quiénes y así fue que empezamos”.

Fueron la primera familia que interpuso denuncia por desaparición forzada en Guaymas, porque había muchos que por miedo no se atrevían; pero al ver el valor más y más personas se han acercado y denunciado.

Su objetivo solo es encontrar a su hermano, sin exigir castigo, ni pelear o gritar, para que no les hagan daño, solo quieren saber dónde está.

En esta búsqueda y desesperación, María Teresa platicó que decidió averiguar maneras de encontrar a personas desaparecidas e indagó en internet y redes sociales.

Ahí encontró a Mirna Nereyda Medina de “Rastreadoras del Fuerte” de Sinaloa, y a Mario Vergara de Huitzuco, Guerrero, que son de los colectivos más grandes rastreadores de foscas clandestinas en el país, y les pidió ayuda.

“Les pedí que me enseñaran cómo encontrar, cómo buscar, cómo localizar fosas donde podría haber personas ya muertas y enterradas. Fue cuando logré llamar la atención de Mirna (Rastreadoras), porque fui hasta Sinaloa a buscarlas y pedirles el apoyo”.

A raíz de esto, las Rastreadoras del Fuerte acudieron a Guaymas el 11 de enero del 2018 y trajeron un antropólogo, una psicóloga, herramientas y les enseñaron a rastrear fosas clandestinas. Fue ahí que se formó oficialmente el Colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora.

“Antes no sabía lo que era una desaparición forzada, lo que era una ley, un artículo, nada. Entonces lo que yo hice fue empezar a investigar sobre leyes, protocolos y todo lo que tenía que ver con desaparición forzada”.

Una lucha sin cuartel

Recientemente lograron que la Fiscalía General de Justicia del Estado les abriera los expedientes forenses para hacer sus propias búsquedas.

A un año y un mes que se constituyeron formalmente, ven un ligero pero significativo avance en su lucha, se nota el reconocimiento de la sociedad a su labor y también el reconocimiento de las autoridades.

El 11 de enero de este 2019 por fin les abrieron las puertas de la Fiscalía General de Justicia del Estado y el Servicio Médico Forense (SEMEFO) para acceder a la base de datos de las personas desaparecidas y de quienes están sin identificar en las morgues.

“Nos abrieron los expedientes de SEMEFO para que nosotros pudiéramos buscar a los familiares de los cuerpos no identificados y el apoyo de la AMIC para la vigilancia de nuestras búsquedas… Sobre todo el apoyo de la gente, de que nosotros no estamos haciendo nada malo, nosotros lo único que queremos es encontrar a nuestros hijos, hermanos, esposos, amigos, desaparecidos”.

Con la voz entrecortada, María Teresa comentó que en esta lucha que han emprendido han tenido que sacrificar mucho para seguir adelante.

“Tienes que sacrificar el todo por el todo, trabajo, familia, hijos. Porque tu vida se te viene abajo, tu vida se desvanece, uno vive muerta en vida y esa es la situación”.

Por ejemplo, platicó que su hijo cumplió nueve años el dos de marzo y no pudieron celebrarlo porque ese día el Colectivo formó parte del desfile del Carnaval de Guaymas, donde acudieron para dar a conocer su labor y hacer un boteo para sacar fondos para sus búsquedas.

“Ese día yo dejé a mi hijo y era su cumpleaños; él me entiende y me comprende y me apoya más que nada, porque sabe lo que hace su mamá, sabe lo que hace su abuela, sabe lo que hace su tía y sabe lo que hacemos todas las compañeras que estamos en esta lucha”.

Ha tenido que realizar viajes para aprender a rastrear pagándolos con dinero de su propia bolsa, dejando a sus hijos y su trabajo, pero sigue firme porque esa función es una esperanza para su familia y para muchas otras familias que están en la misma situación en Guaymas, Empalme y en todo Sonora.

Actualmente Las Guerreras Buscadoras de Sonora cuenta con 75 familias integradas, pero activamente participan alrededor de 25 familias.

Realizan hasta dos rastreos por semana y los viernes acuden al SEMEFO para ver los expedientes de personas desaparecidas y los reportes de personas sin identificar, con la esperanza de llevarlas con su familia y dar un poco de alivio a ese hogar.

Una visión más sensible del mundo

En el marco del Día Internacional de la Mujer, María Teresa Valadez resaltó que como luchadora social han notado que sí hay un avance en el reconocimiento a la mujer en prácticamente todos los ámbitos sociales, aunque falta mucho por hacer.

“Siempre se ha dicho que la mujer es el sexo débil, pero yo te puedo decir que no es así, muchas veces nosotras soportamos más que un hombre”.

Comentó que se nota cuando una mujer tiene un puesto donde pueda tomar decisiones. Por ejemplo, con la entrada Fiscal General de Sonora se vio el cambio con el Colectivo de Guerreras Buscadoras al abrirles los expedientes y brindarles protección en sus rastreos.

Por eso dijo que, sin menospreciar a los hombres, ojalá más mujeres logran alcanzar puestos importantes en todos los ámbitos sociales para tener una visión más sensible de la sociedad.

Mientras tanto, señaló que como Colectivo ellas seguirán en su lucha sin importar nada: “agradecerle a todos los sonorenses por el apoyo que nos han brindado, desde sus oraciones hasta sus buenos deseos, sus bonitas palabras y el apoyo que nos han dado cada que salimos a botear. Invitarlos a que se unan aunque no tengan a un desaparecido en su familia, no esperen estar en la misma situación de nosotros para sentir nuestro dolor, los desaparecidos son de todos y todos los sufrimos”.