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Huérfanos Digitales; la vida virtual comienza a imponerse sobre la vida real

Cada vez vemos más familias felices en Redes Sociales, pero en la realidad, esas relaciones afectuosas son más frías de lo que aparentan

Por Oscar Octavio de la Cruz Rodríguez

El concepto de huérfano digital, se da a todos aquellos niños con padres y madres que se encuentran “ausentes” por estar más al pendiente de un dispositivo móvil que de sus propios hijos.

Estos padres viven en un “mundo virtual” descuidando muchas veces el “mundo real”, en el que entre varios deberes, tienen la obligación de formar a sus pequeños.

La interacción familiar es importantísima, mantener una comunicación entre sus miembros y generar actividades en la que todos participen, ayuda a la generación del sentido de pertenencia a la misma.

Como ya hemos mencionado en artículos anteriores, la Asociación Mexicana de Internet dice que el mexicano pasa en promedio al día siete horas y 14 minutos conectado a Internet, siendo el Smartphone el principal dispositivo para conectarse y también uno de los principales distractores de muchos padres y madres de familia.

Otro dato importante que arroja esta asociación, es que son los Millennials, el grupo generacional que más tiempo pasa navegando por Internet, es decir, son los papás y mamás jóvenes más propensos a sufrir una adicción al Internet, al grado que afecta, en mayor o menor medida, las relaciones afectivas entre las personas que conforman una familia.

Si a esto le sumamos que las tabletas se han convertido en el regalo preferido de los menores de 13 años, según datos también de la Asociación Mexicana de Internet, podemos estimar que las interacciones entre los miembros de una familia se tornarán disfuncionales conforme pase el tiempo si no hacemos algo para prevenirlo.

La “vida virtual” se empieza a imponer sobre la “vida real”, vemos familias felices en Redes Sociales, pero ciertamente esas relaciones afectuosas son más frías de lo que aparentan.

Cuántas veces hemos visto en el parque, en alguna reunión o en una plaza comercial, a padres hipnotizados por sus teléfonos, mientras los niños juegan o caminan solos; o simplemente, quién no es miembro de algún grupo de Whatsapp familiar (algunos conviven más a través de un dispositivo que en persona).

Los niños tienen todo el derecho de sentir el afecto de sus padres, no dejemos de lado el amor a nuestra familia por hacer más caso a un frío dispositivo.

Recordemos que es en la familia donde se enseñan los valores, los hijos aprenden  del ejemplo que le dan su propio padre o madre; es por eso que si ellos ven desde chicos que el afecto que necesitan se ve suplantado por un dispositivo, luego como sociedad no nos quejemos de porqué los jóvenes son como son.

Pueden encontrarme en Twitter como @_oscardelacruz y en mi Fanpage Oscar De La Cruz.