Vórtice

La lucha de Donald Trump contra el deep state

Por Dr. Jorge Ballesteros

En la madrugada del 7  enero, el Congreso de Estados Unidos votó a favor de instalar a Joe Biden, a quienes muchos consideran un títere del régimen chino.

Unas horas más tarde, Donald Trump emitió un comunicado sobre la transición de poder, dijo: “Aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones y los hechos me confirman, sin embargo habrá una transición ordenada el 20 de enero, siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurarnos de que solo se contaran los votos legales, si bien esto representa el final del primer mejor mandato en la historia presidencial, es solo el comienzo de nuestra lucha por hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”.

Las esperanzas del equipo jurídico de Trump estaban en Mike Pence, Vicepresidente de EE.UU. y presidente del Senado, se especulaba que aprobaría  una Comisión de investigación independiente sobre el fraude electoral, lo que conllevaría a retrasar la confirmación de la victoria de Biden, sin embargo Mike Pence traicionó al Presidente Trump y decidió jugar del lado de los demócratas al certificar como ganador a Joe Biden.

Trump convocó a sus partidarios en el Capitolio para protestar de forma pacífica contra el fraude electoral, sin embargo un grupo de personas, algunas detectadas como miembros del grupo violento de extrema izquierda conocido como Antifa, ingresaron fácilmente al Capitolio, ya que los policías que cuidaban la entrada quitaron las barreras para que pasaran.

A Donald Trump se le inculpó de toda esta agitación que hubo alrededor del Capitolio el 6 de enero, donde los integrantes de Antifa, infiltrados entre los partidarios de Trump entraron al Capitolio. Había gente de Antifa, pero también había trumpistas que se las arreglaron para llevarse varias computadoras portátiles entre las cuales iba la de Nancy Pelosi que tiene una enorme información y además incautaron una docena de equipos de los senadores demócratas.

Se ha comprobado que lo que le prepararon al presidente de estados Unidos, era una trampa para culparlo y destituirlo y ahora Nancy Pelosi y Joe Biden, preparan un juicio político contra Trump, ya que piensan que si lo dejan hasta el 20 de enero, corren el peligro de que pueda revertir el triunfo de Joe Biden.

Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, anda con todas las pocas hormonas que le quedan, arriba, emberrinchada, porque durante la toma del Congreso, organizada por ella y Joe Biden, para culpar a Trump, le robaron su computadora, con valiosísima información para sus enemigos, los republicanos y está solicitando un juicio político contra Trump y le pide al Vicepresidente Pence,  que invoque la enmienda 25 para acusarlo de lo que sea, y que tiene que salir ya, de la presidencia, sin esperar los pocos días que le quedan.

Donald Trump sigue recibiendo respaldo y ayuda de millones de seguidores que siguen tomando las calles y no solo eso, han hablado en preparar la ley marcial definitiva, la última opción que le queda al Presidente, sacar literalmente a la calle a los militares, que están listos para ayudarlo y Trump va a aprovechar esta opción que le queda, ante el gran fraude que perpetraron los demócratas en las pasadas elecciones.

El llamado que hizo Trump desde Washington para cambiarlo todo y la respuesta de miles de trumpistas causó inquietud y temor en los miembros del estado profundo por lo que se censuró al mismo Presidente de los Estados Unidos, la ciberdictadura de las plataformas tecnológicas de Facebook, Instagram y Twitter, le quitaron directamente las cuentas, Trump reaccionó muy enojado y afirmó que nadie lo va a poder callar y lo que se viene asegura que será sorprendente.

Donad Trump prometió crear una plataforma digital paralela para que todos los patriotas se puedan expresar libremente sin ser censurados o callado sus voces, ya que actualmente las plataformas digitales creadas por la gente de Silicon Valley, están controladas por la extrema izquierda, y ejercen una feroz censura ideológica.

“Lo que pasó el 6 de enero, simplemente fue algo pequeño para lo que tenemos arreglado en los próximos días”, así lo anunció Donald Trump, esto empieza a asustar a las demócratas, que empiezan a invocar un juicios político en las próximas horas, están arreglando todo, porque saben que si se queda unos días más en el poder Trump, todavía les puede dar problemas.

Los militares están de su lado y hay voces que lo impulsan a invocar la ley marcial para anular las elecciones. Trump ha dicho en varias ocasiones que “No nos vamos a rendir en ningún momento” y que va a utilizar todas las opciones que se le quedan para estar cuatro años más en la presidencia.

Mensaje de Donald Trump contra el Deep State (Estado Profundo) que dio cuando era candidato a la presidencia, “El propósito de nuestro movimiento, es reemplazar un fallido y corrupto establecimiento político con un nuevo gobierno, controlado por ustedes, el pueblo americano. El establecimiento de Washington y las corporaciones financieras y mediáticas que los financian”.

“Existen por una sola razón, para protegerse y enriquecerse a ellos mismos. El establecimiento tiene trillones de dólares en juego en estas elecciones. Para los que controlan las palancas de poder  en Washington y para los intereses globalistas”.

“Ellos se asociaron con esta gente que no tiene nuestro bien en sus intenciones.  Nuestra campaña representa una verdadera amenaza existencial como nunca lo han visto antes”…

Está claro que todos los países que mantengan a un presidente que vele por los intereses de sus electores, o sea de su pueblo primero, va a ser un gran enemigo del Estado Profundo y está siendo un gran enemigo de este nuevo sistema que están impulsando y que se llama el gran reinicio y que no es otra cosa que hacerse con el poder absoluto por grupos no electos de poder.

Si revisamos la historia reciente, podríamos decir que, sí que ha habido presidentes derrocados por un estado oscuro y desconocido y que opera detrás de las luces de las cámaras y flases de la prensa presidencial.

El 27 de abril de 1961, el expresidente J.F. Kennedy afirmó que en Estados Unidos había sociedades secretas u operadores políticos detrás de bastidores que pretendían controlar el rumbo de esa nación en contra de la voluntad ciudadana y a favor de una agenda privada y secreta, contraria a los intereses de la mayoría.

Todos sabemos el destino del expresidente Kennedy. No voy a hacer un recuento histórico de las conspiraciones dentro de los Estados Unidos, sólo quiero evidenciar que no hay un poder monolítico, único o hegemónico dentro de ese país.

El tristemente célebre Richard Nixon, representa un caso curioso de claro derrocamiento de un presidente. Nixon, que había sido vicepresidente con Dwight Eisenhower entre 1953 y 1961, fue asimismo quien puso en marcha la diplomacia secreta que en 1973 sacaría de Vietnam las tropas de combate de EEUU tras una guerra que desgarró a la sociedad, con más de 58.200 muertos norteamericanos, y erosionó el ya decadente prestigio mundial de Washington.

En la política interna, Nixon tuvo iniciativas que indigestarían a los republicanos conservadores de 2014  lo que ocasionó que fuera detenido y cortado de tajo con el escándalo de WaterGate que lo expulsó de la presidencia de Estados Unidos y lo envió al pozo séptico de la historia de ese país.

Nixon y Kennedy son políticos que eran bastante incomodos para las élites financieras que comenzaban a apoderarse del control absoluto de la política estadounidense, y eso fue suficiente para sacarlos de circulación violentamente (Kennedy) o institucionalmente (Nixon).

¿Qué sucede hoy en los Estados Unidos?

Hoy gobierna en Estados Unidos un outsider llamado Donald Trump ¿Qué significa esto de que es un outsider? Significa que Trump, para bien o para mal, no es un hombre del estado profundo norteamericano.

No pertenece al club de globalistas que desde la muerte de Kennedy, derrocamiento de Nixon y, finalmente, del triunfo electoral de George W. Bush, dominaban a su antojo todas las políticas del estado norteamericano a través de sus operadores asalariados directos como Barack Obama, Hillary Clinton, Joe Biden, George W. Bush, Condolezza Rice o Dick Chenney.

La sede del poder Globalista no está en ninguna capital, ciudad o país particular, sino a través del mundo entero. Sin embargo, podría decirse que la ubicación simbólica del poder de esta élite es Wall Street y la City de Londres (imperio británico). En este contexto, la situación actual de independencia y autonomía de Trump, respecto a los intereses particulares de esas élites es intolerable para ellos.

Entendamos que esta lucha interna, es una lucha intestina no sólo por el control de la vida de los ciudadanos del país más poderoso de la tierra sino de todo el mundo.

Quieren el control del país más productivo del planeta y del ejército más poderoso que ha conocido la humanidad, para ponerlo al servicio de intereses privados particulares de las élites sinarquistas y ocultistas globales (como lo hicieron Bush, Chenney, Obama, Biden y Hillary) en contra de las élites industriales estadounidenses y del resto del mundo libre.

La contraparte, representada hoy por Donald Trump, lo que pretende es poner a los estadounidenses al servicio del aparato industrial productivo nacionalista, patriótico, idealista y cristiano de los Estados Unidos.

Es la lucha entre las élites globalistas que pretenden una reducción de la población a través de la promoción de las ideologías pragmáticas amorales, ateístas y nihilistas en contra de los industriales, trabajadores y granjeros con valores espirituales diversos entorno al cristianismo cultural, patrones morales conservadores y valores patrióticos basados en la visión de estados nacionales soberanos, que hoy tiene su frente de batalla más inmediato en los Estados Unidos.