Destacada

Valor y disciplina

También disfruta de los deportes extremos.

La niña hermosillense Rosa Icela Rascón logra Premio Municipal de la Juventud 2020

 

Por Javier Flores

Para la niña Rosa Icela Rascón Ochoa, de tan sólo 12 años, la palabra “Imposible” no existe, pues a su corta edad y a

Gusta de practicar deportes como Tae Kwon Do, disciplina donde se ha colgado medallas de oro en competencias nacionales.

pesar de padecer discapacidad motriz, jamás fue impedimento para triunfar en un sinnúmero de deportes, actividad que le fue reconocida el jueves pasado al ser galardonada con el Premio Municipal de la Juventud 2020, convocatoria que lanza el Instituto del Deporte y la Juventud de Hermosillo (IDJH), a fin de reconocer los méritos, trayectoria deportiva y labor destacada de los jóvenes.

Su temperamento hiperactivo, su pasión por los deportes, su dedicación y perseverancia en toda actividad que emprende, son algunos de los factores más importantes que influyeron para que la pequeña Rosa Icela sea una joven exitosa, siendo el orgullo de sus hermanos y sus padres.

Juan Ramón Rascón Muñoz, padre de Rosa Icela, detalló que debido a un parto prematuro en el nacimiento de su hija, desencadenó una serie de complicaciones en la salud de la pequeña, ocasionando que le diera un paro cardiaco que dañó su espina dorsal, dejando sus piernas sin movilidad.

“Desde muy chiquita mi niña usa silla de ruedas. Cuando tuvo cierta edad la llevábamos a terapia en el CRIT. Después de que recibía las terapias físicas de los especialistas, realizaban un poco de deporte y ella siempre destacaba. Deporte que la ponían a hacer, deporte que le entendía rápidamente”, platicó el papá de Rosa.

Con el paso del tiempo, la joven empezó a interesarse más en actividades deportivas de todo tipo. Practicó Tae Kwon Do hasta llegar a ser cinta negra y ganar consecutivamente tres medallas de oro en los tres nacionales en los que participó.

“Estamos muy orgullosos de ella porque es muy dedicada en todo lo que se propone y además de conseguir esas tres medallas en las artes marciales, recientemente ha estado entrenando natación en la alberca olímpica del CUM, también participa en carreras pedestres y hasta es pitcher y cátcher en un equipo de beisbol que se llama Club Gigantes de Hermosillo”, mencionó.

 

Niña Policía Honorífica

Pero la actividad deportiva es sólo una parte de la experiencia que ha vivido, ya que en una ocasión fue nombrada

Rosa tiene 12 años de edad y fue galardonada en la categoría Discapacidad e Inclusión.

como la Niña Policía Honorífica, representando por cinco años a la corporación de la extinta Policía Estatal Investigadora (PEI).

“En una ocasión mi hija me acompañó a poner un reporte de robo de vehículo en la PEI y al entrar al edificio le fascinó el lugar y hasta se puso a platicar con los agentes. Les dijo que cuando fuera grande iba a ser policía como ellos”.

Fue días después que le llamó por teléfono el entonces procurador del Estado de Sonora, Carlos Navarro Sugich, pidiéndole que le permitiera visitar a la niña en su escuela para entregarle, delante de todos sus compañeritos del kínder, un uniforme de la corporación hecho a su medida y allí mismo nombrarla como niña policía honorífica. “Fue algo muy bonito la verdad. Desde entonces los oficiales la invitaban a todos los eventos públicos y ceremonias de la corporación, hasta un policía le regaló su placa de servicio”.

Por lo pronto, a Rosa Icela no se le ha quitado la idea de algún día llegar a ser oficial de policía, y como ella es una niña con mucha voluntad —mencionó su papá— sí lo logrará.

 

Practicó paracaidismo

Una de las cualidades de la niña Rosa Icela es su valentía, y prueba de ello es que en una ocasión se atrevió a saltar en paracaídas desde un avión. “La idea de saltar de un avión le surgió después de una participación en una carrera pedestre. Allí platicó con un joven que fue su compañero durante la competencia, quien le contó que su sueño eran lanzarse de un paracaídas y ella dijo: pues el mío también. Desde entonces no le quitamos de la cabeza cumplir ese sueño”.

Ante la insistencia de la niña, los papás optaron por irse a San Carlos y contrataron una empresa que ofrecía ese tipo de servicios. “Ella en ningún momento se vio que sintiera miedo”.

Durante este tiempo de asilamiento, debido a la pandemia de Coronavirus, la actividad de la joven atleta se ha visto reducida, pero sus padres buscan, en la medida de lo posible y guardando los protocolos de sanidad, llevarla a un campo deportivo ubicado cerca de su colonia, donde ella puede practicar un poco de beisbol sin exponerse al virus.

Una vez se regularicen las cosas y la pandemia haya pasado, ella volverá —dijo— a seguir practicando sus deportes favoritos.