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Célida López Cárdenas, una mujer sonorense que le entiende a la política

En entrevista para “Primera Plana”, la alcaldesa de Hermosillo habla sobre sus inicios en la política, cómo encontró su vocación y la firme intención de realizar sus sueños, siempre con trabajo y el apoyo de sus amigos

Por Feliciano J. Espriella

(Primera de dos partes)

“Siempre he tratado de ganarme mis espacios con trabajo. Nunca le he apostado a que alguien venga a apadrinarme o que alguien venga a abrirme la puerta, o que alguien venga a solucionar mis problemas. Soy una persona que trabaja.

“Le entendí a la política desde hace mucho tiempo y para ser político exitoso, necesitas ser alguien que tenga algo que ofrecerle a la ciudadanía. Que seas una persona que tenga carisma, sencillez y con trabajo suficiente que la respalde. Creo que mi origen ha sido una gran bendición para mí.

“A lo mejor para muchos eso hubiera significado algo muy complejo. Venir de una familia donde ni tienes la vida económicamente resuelta, ni tienes familiares políticos que te puedan empujar o que te puedan de alguna manera facilitar el camino, parecería una barrera. No lo fue para mí”.

Las palabras anteriores nos las dijo la alcaldesa Célida López Cárdenas en entrevista exclusiva que nos concedió para el Semanario “Primera Plana”.

Antecedentes

Nació el 15 de diciembre del año de 1979 en Mexicali, Baja California. Sus padres, Amadeo López Inzunza, originario de Sinaloa y Leticia Cárdenas Contreras, rocapetrense, procrearon cuatro hijos, dos mujeres y dos varones. Se conocieron, casaron y vivieron en Puerto Peñasco.

Célida es la mayor de las dos mujeres. Ella, su hermana y todos sus primos maternos nacieron en la capital de Baja California porque allá radicaba una tía abuela. En aquellas fechas, en Peñasco no había clínicas y las futuras madres iban a San Luis Río Colorado o Mexicali a dar a luz.

Su educación básica la realizó en el puerto y la profesional en Baja California. Estudió derecho en el Tecnológico de Baja California. Tiempo después estudió una maestría en Ciencias Políticas en el Universidad Católica de Chile, y luego una maestría de Alta Dirección de Empresas en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) en la ciudad de México.

Invariablemente en toda su trayectoria académica estuvo recurriendo a becas y diversos apoyos que finalmente la llevaban a solventar el costo de sus estudios.

Para sus estudios en Chile recibió el Apoyo de Crédito Educativo. Eugenio Elorduy, ex gobernador de Baja California la apoyó con el boleto de avión, Chuy González, entonces alcalde de Tijuana le cubrió el primer semestre y José Inés Palafox le pagó el otro semestre. “De alguna manera —dice— fueron muchos actores políticos los que me echaron la mano para poder sacar adelante mis gastos en Chile”.

Desde muy joven se distinguió por sus dotes de liderazgo. En la secundaria fue la primera mujer en presidir la asociación de alumnos, ganó la elección con una planilla integrada por mujeres. En la universidad también llegó a presidir la asociación de alumnos, ella fundó la Asociación Católica Universitaria.

Es católica y desde pequeña ha participado en múltiples actividades religiosas. Durante muchos años participó activamente en Arco Iris, movimiento juvenil de la iglesia católica. Fue fundadora de Arco Iris en Sonoyta.

“Incluso en los tiempos de la universidad, cuando ya estaba estudiando Derecho, sentía un llamado muy fuerte y no sabía si continuaba mi carrera o me consagraba a la vida religiosa. Tan es así que metí mis papeles a un convento que está en Monterrey”, nos compartió.

Alcaldesa, usted tiene una presencia escénica impresionante y un excelente discurso ¿Cómo lo logró?

Empecé en la preparatoria a participar en concursos de oratoria estatales y nacionales y me fue muy bien. Un buen mío me aventó al ruedo, un día me dijo: “Célida, viene un concurso nacional de competencias académicas con diferentes asignaturas: poesía, oratoria, canto y varios más, ¿Por qué no te preparas en oratoria?, tú eres muy buena para hablar”

Y así empecé en 1997. Yo salí de Puerto Peñasco a estudiar la universidad cuando tenía 17 años y para ese momento ya era campeona nacional de oratoria, había ganado mi primer concurso nacional de oratoria en Mazatlán. El año anterior, en Veracruz, me descalificaron en la final porque me excedí en el tiempo con 14 segundos.

También participé en un debate nacional de debate político. Aquí en Sonora fue el concurso, lo organizó el Instituto Mexicano de la Juventud, también con una muy buena participación, quedé como finalista. Desde siempre me gustó mucho, como dicen por ahí, andar en todo.

Alcaldesa, ¿Cómo y por qué se dedicó a la política?

Desde niña fui muy inquieta y participaba mucho en varias actividades. En la Secundaria Técnica 37 encabecé la primera asociación de alumnos mujer, y toda mi planilla eran mujeres. Fue muy divertido ese proceso porque era la primera vez que una mujer ganaba la presidencia de la sociedad de alumnos, y además como toda la planilla éramos mujeres, hicimos un montón de cosas por la escuela; organizábamos tardeadas, pero también participé en muchos eventos, sociales y de altruismo.

Desde muy joven yo sentí un llamado para servirle a la gente y desde entonces me llamó mucho la atención la carrera política. No puedo decir que hubo alguien que me invitara o que hubo alguien que me impulsara en mi familia, porque en mi familia no hay políticos.

¿Por qué me dediqué a la política? Creo que lo mía fue más bien un tema de vocación y que finalmente le supe dar rienda suelta a mis sueños y a mis sentimientos, porque para mí siempre fue muy importante estudiar.

Recuerdo cuando platiqué de esto con mi papá la primera vez, para él no fue fácil dejar salir a una hija de 17 años en un contexto donde eso no era tan común. Mi padre finalmente sinaloense, pues macho, todavía así como que esta idea de que las mujeres salgan adelante y se preparen no le entraba; sin embargo mi papá siempre fue alguien que me apoyó muchísimo.

Toda la vida estuvo siempre de acuerdo en que me preparara. Él hubiera querido que estudiara medicina porque decía que tenía yo muy buena cabeza como para desaprovecharla.

¿Cómo fueron sus inicios en el servicio público?

Empecé en Mexicali. Estaba estudiando en la universidad cuando a mí se me invitó a participar. El coordinador de mi carrera, era subsecretario de asuntos legislativos de la Secretaría de Gobierno en Baja California. En ese tiempo el gobernador era Alejandro González Alcocer, quien estaba de interino tras el fallecimiento de Héctor Terán.

Tenía 19 años y entré como auxiliar de asuntos legislativos. Tiempo después, tras ganar tres premios estatales de la juventud, cuyos reconocimientos me entregó el gobernador interino, al darme el último le pedí trabajo. Para entonces le había enviado un montón de fotografías de concursos de oratoria. Para esto yo ya había estado viajando, había ido a Tamaulipas, Oaxaca, la ciudad de México.

Al final no le quedó de otra al gobernador que darme trabajo. Él me recomendó con el secretario de Salud y entré como coordinadora de relaciones públicas del secretario de Salud. Al principio me encargaba más de manejarle toda la agenda de gestión y de todo lo que eran los acuerdos del consejo nacional de salud, que era el organismo más importante del sector salud a nivel nacional.

Para los 21 años, ya era coordinadora de relaciones públicas y de comunicación social del nuevo secretario de Salud, el gobernador era Eugenio Elorduy. La verdad es que fue una etapa muy bonita para mí.

Al parecer en Baja California le estaba yendo muy bien ¿Cómo fue que dejó todo eso para venirse de nuevo a Sonora donde casi nadie la conocía?

Siempre me llamó mucho regresar a Sonora. De hecho yo hubiera hecho una extraordinaria carrera política en Baja California porque estaba ya muy encaminada. En una ocasión me invitaron a un evento de Ramón Corral en Puerto Peñasco, iba a tener un evento con pescadores y necesitaba apoyo. Era Senador y quería ser candidato a gobernador.

Ya militaba en el PAN por invitación de Rafael Elorduy sobrino del gobernador de Baja California. La verdad es que fue una experiencia bien bonita. Cuando conocí a Ramón Corral, fue como mi primer contacto con políticos de Sonora con presencia estatal, mis amigos sonorenses eran más de infancia y por lazos familiares.

Como originaria de Puerto Peñasco tenía amigos panistas de allá, pero no conocía a gente de Hermosillo y del resto del estado. De ahí Ramón me acogió como su oradora en toda la campaña.

Lo había hecho en las campañas de Eugenio Elorduy y de Jaime Díaz y lo hice en la campaña de Ramon Corral, lo hice en las campañas de muchos, yo era siempre la que los presentaba o la que tenía que arengar antes de que arribaran a los eventos. Me abrió muchas puertas ser maestra de ceremonias en todos los eventos que se puedan imaginar.

La cercanía que hice con Ramón Corral y su esposa Yuli Guzmán fue muy fuerte. Ellos me ayudaron a representar a Sonora en el primer Seminario de Liderazgo Político del PAN en Costa Rica. Yo fui representando a Sonora, Ramón habló con David Figueroa y le dio la firma. Estuve en Costa Rica capacitándome. Se fueron haciendo los lazos más fuertes y entonces recibo la invitación de Ramón y de Yuli para incorporarme a la campaña con ellos.

Finalmente lo que hice fue regresar a Puerto Peñasco. Renuncié a mi puesto como coordinadora de relaciones públicas y de comunicación social de la Secretaría de Salud en Baja California y empecé de cero en Puerto Peñasco.

Tenía 23 años cuando le estaba coordinando la campaña al candidato a alcalde de Puerto Peñasco. Esta persona llega, me busca, y me dice: “Célida he escuchado muy buenos comentarios de ti, sé que tienes mucha experiencia, que eres una mujer muy capacitada ¿Por qué no me coordinas la campaña?”

Se la coordiné y perdimos contra el PRI por menos de 300 votos.

En nuestra próxima edición publicaremos la trayectoria política de Célida López Cárdenas en su estado natal, Sonora.