Dardos

DARDOS | El Circo Presidencial

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

Es enorme el estuche de distractores del presidente López Obrador. Como mago en el centro de la pista del circo nacional, una vez con los reflectores mañaneros, tiene todo el tiempo para sacar una rata del sombrero o para mostrar enormes “elefantes blancos”. El caso es tener la atención y el control del espectáculo, para que todos hablen (bien o mal) siguiendo su narrativa.

No sé si usted lo recuerde pero un par de meses atrás en México vivimos la llamada “Semana 4Trágica”, como lo denomina Rodrigo Iván Cortés, en un ensayo para el libro colaborativo Pandemonium ¿De la pandemia al control total? Esa semana comenzó el domingo con la jornada más sangrienta del año que marcó más de 100 asesinatos; al siguiente día se aprobó la Ley de Amnistía del Presidente para liberar a delincuentes; para el martes se propinó el asalto a las afores con una iniciativa de Morena para meterle mano a los ahorros; al otro día una iniciativa también morenista para darle facultades unilaterales al Ejecutivo de suspender garantías individuales; y también una iniciativa presidencial para la reconducción presupuestal.

No cabe duda que el inquilino de Palacio Nacional supo aprovechar que los mexicanos andaban pensando en el conteo mortal de Covid para sacar un arsenal de propuestas que nos pinta a un gobernante que le importa poco la división de poderes.

Y así como México, en otros países como Argentina o España, a la sombra del caos, buscaron incrementar su poder, en medio de la confusión y el miedo.

En este sentido, el consultor Dr. Guillermo Velasco que “el verdadero virus en toda esta historia, es el virus de la polarización y el enfrentamiento, que ha tenido como consecuencia que amplios sectores de la población, cargados por el rencor y el odio, alimentado por el gobierno, sean incapaces de observar que crece el poder del tirano”.

Y con esto de los espectáculos recordé una imagen que plasma Robert Greene en Las 48 Leyes del Poder: El estanque de los peces. Las aguas son claras y clamas, y los peces están más cerca del fondo que de la superficie. Revuelva las aguas y comenzarán a emerger. Revuélvalas un poco más, y se irritarán y morderán lo que tengan a su alcance, incluso un anzuelo con carnada.

Atentos, las distracciones aún no acaban. Solo recuerde que fuera de la carpa circense está la aplastante realidad.