Destacada

Pánico y desconocimiento de la ley, los peores enemigos de los migrantes

Actores, locutores de radio y ONGs de Estados Unidos han iniciado una intensa campaña para informar sobre los derechos que asisten a los migrantes

Por Imanol Caneyada

La estrategia publicitaria y el discurso endurecido de Donald Trump ha creado una sensación de paranoia y alarma entre los migrantes de Estados Unidos que, de momento, no tiene soporte en las cifras.

Las recientes redadas llevadas a cabo en 11 estados de la Unión Americana fueron anunciadas por Trump como un cumplimiento de las promesas de campaña y las primeras acciones encaminadas hacia la deportación de los 3 millones de migrantes con antecedentes penales que prometió.

Sin embargo, David Marin, director de operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, desmintió al presidente de Estados Unidos al afirmar que dichas redadas se habían planeado mucho tiempo atrás, «antes de que el gobierno actual publicara las actuales órdenes ejecutivas», según reportan medios de comunicación estadounidenses.

De momento, las cifras consignadas en estas once redadas masivas, 680 migrantes, no son superiores a las que se llevaron a cabo de 2011 a 2016 bajo el gobierno de Barack Obama, quien aún ostenta el récord de deportaciones en el vecino país.

Lo que sí han señalado organizaciones civiles dedicadas a la defensa de los derechos de los migrantes es que las operaciones realizadas recientemente son mucho más duras, y en muchos casos violatorias de los derechos de los migrantes.

El estado de paranoia, miedo y angustia, independientemente de las cifras, se ha multiplicado entre los migrantes; lo anterior lo confirma el hecho de que se hayan triplicado las llamadas a los consulados mexicanos en Estados Unidos de conciudadanos pidiendo asesoría legal.

Las alarmas se prenden, cunde el pánico y la zozobra se ha convertido en uno de los principales enemigos de los migrantes, junto con un factor que las autoridades migratorias están aprovechando a su favor: el desconocimiento de las leyes que en general tienen las víctimas de las redadas.

Hace dos semanas comenzó a circular en redes sociales un video protagonizado por uno de los locutores hispanos más populares de Chicago, Terry Cortez, El Terrible, de la estación La Ley 107.9.

En la grabación, el popular conductor advertía que ningún residente legal fuera a firmar por nada del mundo la forma migratoria I-407, la cual significa la renuncia voluntaria a la residencia legal.

91940738

Terry Cortez denunciaba en este video que en los puertos de entrada a Estados Unidos, tanto terrestres como aéreos, oficiales de migración les decían a los residentes legales que pretendían acceder al país donde residen, que se trataba de un nuevo procedimiento administrativo y que debían firmar el documento para prolongar su residencia.

En realidad, el incauto, si hacía caso, estaba firmando su renuncia voluntaria y, advertía El Terrible en el video, una vez firmada ya no había marcha atrás.

En la grabación el locutor insistía en que si algún oficial de migración presionaba para que firmaran cualquier tipo de documento, se negaran y solicitaran la presencia de un abogado.

“Más vale estar cinco, seis o siete horas detenido en la aduana que perder definitivamente la residencia”.

Este procedimiento violatorio de los derechos de los migrantes fue denunciado también por las cadenas de televisión Telemundo y NBC.

Hace cuatro días, el actor mexicano Demián Bichir, quien reside en Estados Unidos, se convertía en embajador y portavoz de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, y a través de un video difundido por las redes sociales, explicaba de forma clara y pausada qué hacer en caso de que un oficial de migración tocara a la puerta de un migrante.

“Es muy importante que usted conozca sus derechos más elementales en el eventual caso de una redada”, dice el actor mirando a la cámara.

Y añade:

Primero: Conserve la calma, recuerde que usted tiene derechos.

Segundo: Usted no está obligado a abrirle la puerta a los agentes, usted puede conversar con ellos a través de la puerta cerrada preguntándoles qué necesitan, por qué están ahí.

Tercero: Si los agentes quieren entrar, pregúnteles si cuentan con una orden judicial firmada por un juez de migración. Una orden administrativa de expulsión emitida por el Departamento de Migración no es suficiente. Si los agentes de migración le confirman que tienen una orden firmada por un juez, pídales que la deslicen por debajo de la puerta.

Cuarto: Con la orden en sus manos, observe la línea donde está la firma del juez y asegúrese que ha sido emitida por un tribunal y firmada por un juez.

Quinto: Los agentes de la ICE no tienen derecho de entrar a su casa si no cuentan con una orden firmada por un juez. En esa orden debe estar su nombre o el nombre de quien viva en ese domicilio. De no ser así, simplemente dígales: No autorizo su entrada. Si aun así los agentes insisten en entrar por la fuerza, es muy importante que no oponga resistencia, dígales no estoy autorizando su entrada y ejerzo mi derecho de guardar silencio y exijo hablar con un abogado lo antes posible.

Es muy importante, finaliza el actor, que no mienta, no presente documentos falsos y no firme ningún documento sin la presencia de un abogado.

Posteriormente remite a la página web de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles para mayor información.

Estos son sólo algunos ejemplos de la urgente movilización que está dándose en Estados Unidos para informar de sus derechos a los migrantes, a quienes el miedo y el desconocimiento de la ley los hace presa fácil en las redadas masivas de las últimas semanas.

En el estado de Texas, la asociación Casa Durango Dallas, que originalmente se creó para impulsar la educación y la integración de los migrantes en ese estado, se ha convertido en estas fechas en un centro de asesoría legal y de información sobre los derechos de los migrantes.

Mientras tanto, algunos migrantes en el vecino país han comenzado a tomar medidas como la de transferir dinero de cuentas de Estados Unidos a México y tramitar el pasaporte mexicano para sus hijos en caso de una eventual deportación, con el objeto de que las familias no sean separadas.

De momento, la única arma con que cuentan los migrantes en Estados Unidos ante la cacería que ha desatado Donald Trump es estar bien informado y contar con asesoría legal.